"El que tenga oídos para oir que oiga"

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Buen Provecho!

lunes, 19 de diciembre de 2011

Sii, siiiiiii!!!!

Ayer fue un dia maravilloso!

Al despertarnos él me hizo el amor deliciosamente, nos dimos mucho cariño y luego él fue a resolver sus asuntos, mientras yo escribía.

Más tarde lo llamé y le pedí que fuéramos en la noche a la cinemateca.

Pensé que se había olvidado, pero no fue así. Media hora antes me llamó y me dijo que venía en camino a buscarme.

Yo me había vestido y maquillado con esmero. Él me encontró preciosa y yo a él guapísimo.

Fuimos a la cinemateca y disfrutamos entre cariñitos y risas de una hermosa comedia romántica "Love Actually". Él estaba encantado y yo no cabía en mí de la emoción y la alegría. Al terminar la película, salimos caminando por los hermosos jardines de la plaza de la cultura. Él me fotografió con su celular desde todos los ángulos, bajo todas las luces.
Me decía emocionado que querría tener una cámara con todos los megapíxeles del mundo sólo para fotografiarme y que las fotografías me hagan justicia con su buena resolución, por lo bella que estaba.

Yo reía feliz.

Me sugirió que tomáramos un helado y acepté, por supuesto. Entonces, bailando conmigo mientras avanzábamos, me dijo que entráramos a un restaurante italiano que había cerca, porque quería ir al baño.

Me sorprendió cuando nos sentamos en la mesa y pedimos los menúes. Entonces se excusó y fue al baño. Como yo creía que a eso habíamos ido, le dije que lo esperaría.
Cuando regresó, me sorprendió de nuevo, llamando a la camarera y ordenando unos deliciosos helados de avellana con galletitas de licor de amareto que nos sirvieron en unas grandes y elegantes copas.

Luego me encargó que ordenara yo la cena. Acordamos pedir pizza. Fue maravilloso. Nos dábamos de comer uno al otro, bromeábamos con los camareros, charlábamos y nos sentimos tan felices!

Después ordenamos más helado y el camarero nos dijo en secreto que ese iba por él!
Cuando pedimos la cuenta nos sorprendimos de nuevo con lo económico del total.

Nos despedimos afectuosamente de los camareros y los dueños que nos invitaron a volver. Las chicas también nos informaron de una heladería que abrirían y donde seríamos tratados como huéspedes de honor. Les dimos las gracias y prometimos regresar muy pronto. Y ya nos habíamos prometido volver una vez al mes.

Al salir, él me daba vueltas y bailábamos felices en la avenida. Todo el mundo nos miraba. Él me besaba y me abrazaba y seguíamos bailando. Luego tomamos un carro que pasaba y nos fuimos a casa. Al llegar me ayudó a desnudarme para acostarme. Le di las gracias por la noche maravillosa y él a mí por idearla.

Prometimos salir más a menudo y dormimos felices.

Gracias Dios, por tanta felicidad!!

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